La infancia no es siempre de color de rosa. En ‘Han cantado bingo’, Lana Corujo se estrena en el mundo de la novela intentando «desromantizar» la niñez, que ocurre y acompaña a toda la sociedad hasta la vida adulta, contando las durezas propias de esa etapa, el miedo y las inteligentes percepciones de los más pequeños.

Fotografía: Lana Corujo posa para la Agencia EFE en la presentación de su libro, llevada a cabo el pasado jueves en la Casa de la Cultura de Arrecife (Lanzarote) / EFE – Adriel Perdomo
Corujo presentó el pasado jueves (23 de enero), su primera novela -hasta ahora la también ilustradora había publicado un poemario- en la Casa de la Cultura Agustín de la Hoz, en Arrecife (Lanzarote), en una obra que viene a refrendar la preferencia de la nueva generación de autores canarios por desmitificar al archipiélago y tratarlo atendiendo a todos sus vértices, acercarlo a la realidad de sus pueblos y barrios.
En ‘Han cantado bingo’, explica su autora en una entrevista concedida a la Agencia EFE, el planteamiento de «una estructura saltarina» que puede ser abordada por el lector de formas distintas, y que cuenta con tintes de realismo mágico y de situaciones fantasiosas que, aunque la novela transite en un escenario auténtico como es el de su isla natal, Lanzarote, no pueden darse en la vida real.
DOS FORMAS DE AFRONTAR LA NOVELA
Su novela puede leerse siguiendo la estructura que ella misma ha propuesto, dando saltos entre distintas etapas vitales de la protagonista, desde la infancia hasta la senectud, o bien agrupando todos aquellos capítulos que se refieren a la misma edad.
«Me interesaba mucho el misterio, jugar con el efecto sorpresa, entre comillas. Es una novela en la que el lector tiene que confiar y dejarse llevar hasta el final», señala. Porque en la conclusión, todas las piezas «encajan como en un puzle».
Por ello, el trabajo ha sido «muy limpio», y cuenta la anécdota de cómo dispuso una serie de ‘pósits’ en la pared de distintos colores en función de la edad a la que se refería para tener claro si estaba dando mayor peso a una etapa que a otra y para ordenar la historia mejor.
Con el permiso de la protagonista de la novela, escrita en primera persona, ‘Han cantado bingo’ tiene otros personajes que también cobran un peso importante: los volcanes.
En concreto, volcanes con ojos que son traídos hasta la ficción bajo la mirada de dos niñas que han convivido con ellos desde el inicio de sus vidas. Esta predilección por las montañas hunde sus raíces en la infancia de la propia Corujo, que comenta que de pequeña ha sentido «fascinación» por ellas hasta el punto de que han estado muy presentes en su obra gráfica, y ahora también en la faceta literaria.
CAMINOS COMUNES A RECORRER
Al dar un primer vistazo a ‘Han cantado bingo’, la mente literaria vuela automáticamente a otra obra de autora canaria que ha conseguido gran éxito en los últimos años: ‘Panza de burro’, de Andrea Abreu.
Ambas novelas hacen una introspección en la infancia de sus autoras y muestran una Canarias más desconocida, más auténtica. La de las partidas de bingo en los garajes de las viviendas autofabricadas. La de las tiendas de aceite y vinagre. La que convive con una mezcla de temor y fascinación con sus volcanes.
«No pensaba directamente en ‘Panza de burro’ cuando escribí la novela, pero sí es verdad que me han comentado varias veces que tienen puntos comunes. Y es que hay puntos comunes que atravesamos muchos escritores canarios en la actualidad, como puede ser la infancia», indica a este respecto Lana Corujo que, además de a Abreu, también cita el ejemplo de Aida González Rossi y su ‘Leche condensada’.
Eso sí, al mismo tiempo cada una de estas obras es muy diferente la una de la otra. «Lo que más me fascina es que una infancia narrada por tres personas distintas pueda tener esos puntos en común», añade, si bien precisa renglón seguido que todas ellas se diferencian en cómo han vivido esa etapa, pero también en la forma de expresarlo.
‘HAN CANTADO BINGO’, UN LENGUAJE ÚNICO
Por ejemplo, su ‘Han cantado bingo’ se diferencia de ‘Panza de burro’ en que tiene un lenguaje que, sin abandonar el léxico y la forma de hablar canaria, tiende a ser más «clásico» y no basarse tanto en la oralidad de la obra de Andrea Abreu.
De ‘Han cantado bingo’ también sobresale esa forma en la que Corujo ha querido narrar su historia. No usa las reglas típicas del lenguaje en el diálogo, sino que cada personaje tiene su forma de expresarse, que queda palpable en cómo se presenta negro sobre blanco.
Así, esta historia narrada en primera persona «enfatiza mucho los sentimientos de la protagonista respecto al resto del mundo» en cómo se lleva al papel. Los diálogos con su hermana aparecen subrayados, porque le da mucho poder a lo que ella dice. Con otras personas aparecen entre corchetes, tratando de evadirse de ello. Y, en cambio, sus propias palabras aparecen en cursiva para reforzar «la timidez y la duda, que se sienta pequeña».
CANARIAS SE SITÚA EN EL MAPA LITERARIO NACIONAL
Pero, pese a esas diferencias, que todas ellas hayan confluido en tratar la parte menos romántica de la infancia es, para Corujo, una muestra de fortaleza de la literatura canaria actual.
«Nos sitúa, como territorio, en lo que está sucediendo ahora mismo en la literatura, nos sitúa en el mapa literario, y que compartamos esos puntos comunes y nos definamos como separados, a la vez, aporta mucho al valor cultural de las islas», asegura la autora e ilustradora lanzaroteña.
‘Han cantado bingo’ es un ejemplo más de la nueva camada de la literatura de las islas, que busca seguir sondeando en la verdad que hay detrás del turismo, del sol y playa y de la simbología paradisíaca con el que se conoce a Canarias en el mundo entero.
FUENTE – AGRADECIMIENTO
Agencia EFE
Nota Original – Christian Afonso

Equipo Escritores Rebeldes